
Hemos tenido la suerte de entrevistar a Anthony Blake por el estreno el 30 de septiembre de su nuevo espectáculo “Sí, tiene sentido”. Y nos ha insuflado alegría y esperanza en estos tiempos extraños que estamos viviendo. ¡No os la perdáis! Y tampoco os perdáis “Sí; tiene sentido” hasta el 18 de octubre en el Teatro Reina Victoria de Madrid.
Tu espectáculo “Sí” nace de una reflexión… ¿qué aprendiste en este confinamiento sobre el ser humano y su potencial?
Que necesitamos el contacto humano como parte fundamental de nuestra vida, entre otras cosas porque para eso tenemos un sentido llamado tacto, y el tacto necesita estimularse. Evidentemente este confinamiento nos ha alejado a todos mucho, porque ese tacto, ese contacto no ha sido posible. Pero lo que sí es cierto es que nos ha hecho recuperar a mucha gente, pues las videoconferencias de las que se hablaba hace años ahora mismo son auténticas retransmisiones en las que podemos estar con familia y con amigos muy próximos, muy cerca y en la intimidad de nuestra casa. Hemos empezado a recuperar humanidad.
¿Qué tenemos que hacer para empezar a creer más en nosotros mismos?
Querernos un poco más de lo que nos queremos. Nos queremos muy poco y nos respetamos muy poco, y para poder querer a alguien te tienes que querer tú, porque lo que tú quieres es tu referente en lo relativo a cuánto tienes para dar y para ofrecer. Soy de la opinión de que es preferible siempre dar, a la espera.
La intuición es una habilidad. ¿Se puede entrenar?
La intuición es una capacidad, ¡y claro que se puede entrenar! Yo tengo escrito un libro hace años, que se llama Tu poder intuitivo, en el que cuento con detalle cómo potenciar, mejorar y multiplicar la capacidad intuitiva. Es una capacidad natural de nuestro cerebro, y si quieres algún referente simplemente pensar que la escuela Pitagórica, la escuela de Pitágoras, era intuitiva.
Siempre se ha dicho que, en la historia de la humanidad, hay momentos y civilizaciones oscuras, como la Edad Media por ejemplo, y otros clarividentes como la egipcia… ¿En cuál crees que estamos ahora? ¿Necesitamos evolucionar urgentemente?
Necesitamos evolucionar urgentemente no, lo siguiente. Y lo necesitamos porque hemos ido avanzando todos muchísimo. Simplemente el desarrollo del ser humano es increíble, es magnífico. De profesiones que había hace años en las que, por ejemplo, había que aprender a escribir en una máquina, que se llamaba taquimecanografía, nos encontramos con que ahora mismo un niño escribe en su ordenador a una velocidad envidiable; o muchos chavales que hablan con sus amigos mientras envían un mensaje sin ni siquiera mirar el teclado… Hemos ido ganando en capacidades. A los cirujanos, por ejemplo, se les pide en determinadas especialidades que jueguen un videojuego porque, precisamente gracias a los videojuegos, el desarrollo que ha tenido el dedo pulgar significa que nuestro cuerpo ha evolucionado gracias a una actividad nueva que ha aparecido. Eso mismo está ocurriendo en nuestro cerebro. Recibimos mucha más información que hace diez años y, como consecuencia, nuestro cerebro es capaz de recibir, reciclar y almacenar toda esa información. Y esa información, ¿a dónde va?… Ven, “Sí tiene sentido“… Ven a verlo…
Estamos en un momento… gris marengo. Pero si nos acercamos más los unos a los otros, y no hablo de contacto porque desgraciadamente en estos momentos el contacto no es posible, pero si nos acercamos más los unos a los otros, fundamentalmente con nuestros pensamientos y los expresamos con más claridad, ese gris marengo se va a convertir en blanco.
Durante el confinamiento te has aficionado a las actuaciones en streaming, ¿querrías mantenerlas?
Tengo toda la intención de seguir manteniéndolas, no se si una vez al mes o cada quince días. De momento estoy totalmente centrado en este maravilloso estreno en el Teatro Reina Victoria, pero una semana, diez o quince días después de finalizar esta temporada el 18 de octubre probablemente volveré a realizar actuaciones en streaming. Son espléndidas, preciosas. He disfrutado de ellas como hacía tiempo que no disfrutaba de una actuación.
¿Por qué Sí es diferente a otros espectáculos tuyos pasados? ¿Qué vamos a encontrar?
Se va a encontrar fundamentalmente una sonrisa. Como mínimo, en todo el espectáculo voy a hacer sonreír al público cinco veces. Si no reír, sonreír…, como mínimo cinco veces; y en esas cinco veces el público se va a identificar con lo que está ocurriendo en el escenario, porque lo que voy a contar a ellos también les ha ocurrido. Por eso “Sí, tiene sentido”.
¿Te alegras de haber abandonado tus estudios de Medicina por el estudio profundo de la mente?
La mejor decisión que tomé en mi vida.
Dinos un deseo (o varios) para el nuevo año.
Deseo que tengamos una vacuna, y creo que va a ser una realidad y en el primer semestre del próximo año vamos a tener una vacuna. Con lo cual esta pesadilla que estamos viviendo va a desaparecer. Espero que en ese tiempo hayamos aprendido a recordar que seguimos siendo seres humanos, y que, como consecuencia del confinamiento nuestros mares, nuestros cielos, nuestros ríos, están mucho más limpios; hemos sido más coherentes en el consumo. Y por eso vivimos en un ambiente más limpio, más puro y más sano… En el mismo momento en que tengamos la vacuna, nuestra economía, la de todo el mundo, va a tener una subida impresionante. Solo necesitamos esa vacuna, que estoy convencido tendremos en el primer semestre del año. Ése es mi deseo, que tengamos esa vacuna. Lo demás serán consecuencias, y todo bueno.
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