CAMINO DE SANTIAGO
¿Qué utilizar en el Camino de Santiago: bastón o bordón?
Primero que nada algo a de quedar claro: es absolutamente recomendable –casi obligatorio– utilizar un bastón o un bordón para hacer el Camino de Santiago. Primero que nada, por que da un punto de apoyo, lo que mejora el equilibrio en bajadas, cuestas y, por ejemplo, vadeo de riachuelos. Pero es que, además, libera de trabajo (algo) a músculos y articulaciones y permite marcar el paso… una cuestión no menor cuando se trata de marchar durante más de 700 kilómetros.
Ahora volvamos a la cuestión planteada en el título de este post: bastón o bordón para hacer el Camino de Santiago. Pues la verdad es que puede valer tanto uno como otro… cada uno con sus características.
¿Por qué el bastón?
La gran ventaja del bastón de senderismo (también llamado telescópico) es que es extensible (en dos o tres segmentos), y por lo tanto es mucho más cómodo para su tranporte en tren o avión, pues plegado cabe en la mochila.
¿Por qué el bordón?
El bordón, para su transporte en avión, generalmente debe facturarse aparte de la mochila. El bordón, sin embargo, es un elemento tradición e icónico del Camino de Santiago, con gran fuerza simbólica; y además, para “marcar el paso” es mejor que el bastón de senderismo. Con el paso de los años, algunos peregrinos establecen una fuerte vinculación emocional con su bordón, que lo consideran mucho más que una simple herramienta práctica… con un gran disgusto si un día lo pierden.
Por si alguien no lo sabe, el clásico bordón del peregrino jacobeo suele estar hecho con madera de avellano o de castaño, más alto que el peregrino en 20 o 40 centímetros, y se sujeta a mayor altura que el bastón de senderismo. Si tienes paciencia, te lo puedes hacer tú mismo… en caso contrario, encontrarás donde hacerte con uno a lo largo del Camino.
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