Curiosidades sobre el Camino de Santiago
Sobre el origen del Camino de Santiago, la mayoría de los manuales y libros señalan que todo habría comenzado en el año 821, con el descubrimiento de las supuestas reliquias del apóstol Santiago en el lugar llamado Campus Stellae, del que derivaría el topónimo Compostela. Luego, a partir del siglo X, el número de número de peregrinos comienza a crecer y a crecer.
Sin embargo, hay alguna teoría que retrotrae el origen del Camino de Santiago a bastantes siglos atrás. En concreto el nacimiento de la ruta jacobea estaría relacionado con una herejía -distinta a la muy conocida de los cátaros– y que también se opuso al cristianismo, por lo que fue destruida. Se trataría de una herejía encabezada por un personaje bien documentado: Prisciliano de Ávila (aprox. 349 –385). Prisciliano fue un obispo hispano, ejecutado junto a otros compañeros. El hecho constituyó la primera sentencia a muerte por herejía de la Cristiandad.
Por lo que sabemos, Prisciliano habría nacido hacia el año 349 en Iria Flavia, una parroquia del municipio coruñés de Padrón, en el mismo corazón de Galicia. Por aquel entonces, el lugar era un mítico enclave de ancestrales cultos celtas. Enclavada en un altozano -lo que le hacía asemejarse con un gigantesco menhir- se decía que Iria Flavia era el lugar de peregrinación de los druidas del continente, última etapa de su iniciación antes de llegar a los confines del Finisterrae.
El obispo Prisciliano fundó en Burdeos (Francia) una comunidad de pensadores que vestían túnicas blancas y se dedicaban, entre otras muchas labores, a la recolección de piedras sagradas (abraxas) en antiguas cuevas prehistóricas de Aquitania. Amantes de la noche, trabajaban a la luz de la luna para incrementar la luminaria del fuego, tal como hacían los antiguos celtas que adoraban el plenilunio.
Expulsados de Aquitania por acusaciones de brujería, Prisciliano y sus seguidores marcharon a la céltica Galicia. Sin embargo, ni en su mágica tierra se vio libre de sus enemigos. Prisciliano fue acusado falsamente de brujería y de herejía y ejecutado, junto con varios de sus seguidores, incluyendo Prócula, una mujer a la que, al parecer, Prisciliano habría dejado embarazada. Muchos historiadores sostienen que Prócula fue la inspiradora de la elección de la concha de vieira como símbolo del peregrinaje jacobeo.
Pese a las acusaciones, jamás se rindió Prisciliano a las falsas acusaciones de sus enemigos, llegó a ser obispo de Ávila, predicó la pobreza como virtud y los evangelios apócrifos, ampliando con el paso del tiempo el número de sus seguidores que reclutaba entre las elites culturales y de poder.
Fue tan grande su influencia que fue perseguido por las más altas instancias de la iglesia hasta que lograron su condena a muerte tras sufrir grandes torturas acusado de maniqueo, hermetista y llegando a decirse de él que era la reencarnación de un brujo druida de la prehistoria gallega.
Con la ejecución de Prisciliano muere su historia y nace su mito. Cuatro años más tarde un grupo de seguidores gallegos de Prisciliano llega a Tréveris (actual Alemania), donde había sido decapitado, a reclamar su cuerpo. Una vez conseguido este objetivo, el cuerpo de Prisciliano habría sido llevado a hombros a lo largo de la Galia y la Hispania, recorriendo (casualmente) un itinerario que con el paso de los siglos se convertirá en la ruta jacobea, el hoy popular Camino de Santiago. Prisciliano fue inhumado en su tierra natal, Iria Flavia. Muy posiblemente sus restos mortales pasarían siglos después a la cripta de la catedral de Compostela bajo el velo protector de la leyenda de Santiago Apóstol.
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